martes, 17 de mayo de 2011

La libertad te ha elegido como compañera. O por el contrario, tu, con tu personalidad arrolladora, has sabido ganarte su confianza. Te envidio. La gran mayoría de las personas buscan en su vida una estabilidad que en cierto modo, nunca llegan a conseguir. Todos sabemos que directrices tomar para conseguir dicho equilibrio y a partir de ahí la rutina hace eco. Parece un camino enlosado, con quitamiedos a ambos lados y un techo de uralita que nos protege de las inclemencias del tiempo. Lo que no todos saben es que existe un sendero secreto más allá de la vista. Una senda abrupta con olor a tierra mojada. Bordeado de almendros en flor y protegido por una valla desvencijada de madera seca. No lo cubre nada si alzas la vista. El sol campa a sus anchas por él y te calienta la cara. Y los días en que aparece la lluvia, aunque el suelo se encharque y haga frío, cada medio metro encuentras un amigo con un paragüas al que arrimarte.

Para mi, eres conocedor del sendero oculto de la verdadera libertad y nosotros y yo, el amigo que evita que la lluvía te cale hasta los huesos.

"Soñar es un error porque se vive dos veces, una con el corazón y otra con la mente".
Chico Ocaña.

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